sábado, 26 de noviembre de 2011

Libros prestados

Haga el favor de devolvérmelo; he descubierto que aunque muchos de mis amigos son malos matemáticos, casi todos son excelentes tenedores de libros.

Ex libris de Sir Walter Scott. Encontrado en un marcapáginas de la Librería de Las Luces, de Buenos Aires.

martes, 22 de noviembre de 2011

Lo sorprendente

Fitch y Standard & Poor's, dos de las tras agencias internacionales de descalificación, le han pedido Mariano Rajoy, ganador de las recientes elecciones generales en España y futuro presidente del gobierno, que tome medidas radicales y ambiciosas que sorprendan a los inversores. Echando un vistazo al diccionario, encontramos que sorprender significa varias cosas:

1. Coger desprevenido
2. Conmover, suspender o maravillar con algo imprevisto, raro o incomprensible
3. Descubrir lo que alguien ocultaba o disimulaba

¿Qué es lo que quieren las agencias? ¿Que el ganador de las elecciones desvele a traición, cogiendo desprevenidos a todos, un conjunto de medidas que ocultó a quienes lo eligieron? ¿Es ésta la idea de democracia que manejan las agencias? ¿O acaso pretenden que Rajoy maraville a los especuladores inversores y agencias, que son lo mismo, con algo imprevisto, raro o incomprensible? Imprevisto, raro o incomprensible sería, por ejemplo, que en lugar de efectuar severos recortes, el nuevo gobierno incrementara la inversión pública.

Sorprendente puede resultar que Carmen Balcells venda el archivo de su agencia literaria al Ministerio de Cultura español por tres millones de euros y a posteriori pretenda evitar que su contenido se haga público. Resulta raro e incomprensible que ni ella ni sus abogados hubieran previsto las consecuencias de la apertura del archivo. Eso sí sorprende.

La demanda de las agencias no sorprende en su fondo. No se sale de lo previsto, no extraña que pida a los gobernantes que permitan que los mercados disfruten un poco más, aún a costa de los ciudadanos. Lo que sorprende es la forma, las palabras que emplea. Su petición trasluce el pensamiento de la insaciabilidad, del doble salto mortal, del más difícil todavía, de la sociedad del espectáculo que tan bien estudiara Guy Debord.

Parece como si el mundo de las finanzas fuera una película de gran presupuesto, con muchos efectos especiales, y los ciudadanos fuéramos extras haciendo el papel de víctimas.

martes, 8 de noviembre de 2011

El cementerio de los libros

Pero no me refiero al de los olvidados. Todo lo contrario: hablo del de los libros recuperados, exhumados.

No seré yo quien niegue valor a las obras póstumas. Hay escritores que por circunstancias de la vida no pueden o no quieren publicar textos que a la larga se tornan fundamentales. Acudiré al ejemplo clásico: de no mediar la traición de Max Brod, lo mejor de Kafka hubiera quedado inédito. Resultaría largo y un esfuerzo vano intentar responder aquí si se ha de respetar o no la voluntad del artista que no desea que parte de su obra, por no creerla finalizada o suficientemente buena, salga a la luz. No van por ahí los tiros.

Está bien que se publiquen obras póstumas. Aunque a veces no aporten demasiado, son piezas de un puzzle. Los humanos somos así: nos gusta completar los rompecabezas, somos coleccionistas.

Por otro lado, la literatura es un territorio que comparten sin demasiados altercados vivos y muertos. Un vecindario con cementerio suele ser bastante tranquilo, y en el mundo literario abunda tanto la sangre nueva y el elogio a la juventud (hay que escuchar a Emilio Lledó para darse cuenta de la impostura que ello esconde), que siempre hay escritores a los que descubrir. La novedad rige el mercado, y la juventud es sinónimo de novedad.

Una obra póstuma es por definición la última de un autor. El problema surge cuando este legado se administra con cuentagotas, y lo publicado se convierte en lo penúltimo o lo antepenúltimo. Lo último ya no es tal: lo último es entonces "lo nuevo".

viernes, 4 de noviembre de 2011

Ediciones explosivas

Recuerdo que en una reunión, Carlos [Barral] propuso editar en la colección de poesía [de la Editorial Labor] un libro de Rubén Darío y el delegado de Explosivos Río Tinto [que había comprado la editorial] preguntó si vendría Rubén Darío a Barcelona. Con anécdotas como ésta, Carlos ya veía que la cosa no podía durar.

Monserrat Sabater, colaboradora de Carlos Barral desde 1960 hasta mediados de los 70, en Tiempo de editores. Historia de la edición en España, 1939-1975, de Xavier Moret.

PD: La cosa no duró.

martes, 1 de noviembre de 2011

Seis traductores

En una reciente visita a Austin, el escritor español Vicente Molina Foix nos contó que Stanley Kubrick seleccionaba personalmente a los traductores y a los dobladores de sus películas en todo el mundo. Molina Foix lo sabía de buena tinta, puesto que él fue uno a los que Kubrick eligió para traducir sus largometrajes. A algunos el perfeccionismo de Kubrick les resultará exagerado, una manía de genio, una excentricidad. Seguramente lo es. Aunque sea una práctica totalmente legal, cada vez resulta más difícil que un creador mantenga a su obra de arte sometida a tan férreo control.


 


Me acordé de Molina Foix y de Kubrick al enterarme de que la versión en alemán del libro de entrevistas del fallecido Steve Jobs tiene seis traductores. Sólo así ha podido ser editado a tiempo. Pensé entonces que lo que Kubrick pedía no era sino que su propia voz y la de sus actores no variaran en extremo al ser dobladas, de tal manera que lo que pretendían transmitir las palabras del guión y las actuaciones de los actores se mantuviera íntegro al pasar de idioma al otro. O dicho de manera más gráfica: que la imagen y el sonido, esencia del cine, se respetaran; que palabras, voz e interpretación se acoplaran armoniosamente.

En el fondo, Kubrick lo que estaba reclamando con su actitud es que se reconociera la importancia de la traducción, eso que Umberto Eco define tan acerdamente en uno de sus libros como "decir casi lo mismo". Se puede decir casi lo mismo de muchas maneras, pero hay algunas más ajustadas al original que otras.

Que seis voces se propongan interpretar un solo parece una broma. La voz humana tiene algunas limitaciones, y una de ellas es que es un intrumento musical monofónico. Seis voces harmónicas no dejan de ser una polifonía. ¿Se imaginan un libro de Nabokov o Kafka traducido por seis personas distintas, una por capítulo? ¿No les ha ocurrido leer a un escritor en traducción y sentir que su voz no era "su" voz, la de otros libros, y luego darse cuenta de que el traductor era otro? 

Hay quien dice que el mundo sin Steve Jobs no sería el mismo, que su inteligencia, ingenio e intuición difícilmente serán igualables. Tal vez sólo por eso sus palabras merecerían ser tratadas con más cuidado.

sábado, 29 de octubre de 2011

Las muchachas decentes

Teníamos a Gabriel Arias-Salgado, el que fue Ministro de Información en los años cincuenta, que decía que una novela sólo podía publicarse si un marido la podía leer a su mujer en privado y sin sonrojarse. Este mismo personaje le prohibió a José Janés, un gran editor de la postguerra, un libro porque la muchacha por la mañana se levantaba, abría la ventana y decía: «Qué buen día hace». Y se la devolvió diciendo que lo primero que tiene que hacer una muchacha al levantarse es rezar. Es obvio que con estos criterios no resultaba nada fácil ser editor.

Xavier Moret, escritor y periodista, en Un viaje de ida y vuelta. La edición española e iberoamericana (1936-1975), publicado en 2006 por Siruela, en Madrid. Fondo de Cultura Económica en Argentina lo editó un año después: por lo visto, el libro también resultó ser de ida y vuelta.

martes, 25 de octubre de 2011

Bibliotecas cerradas y aulas vacías

Parece que el cierre de la mitad de las bibliotecas del condado de Brent no tiene vuelta de hoja. En Inglaterra una de cada diez bibliotecas públicas está en peligro.

Allí los recortes se han cebado también con la educación pública, especialmente con las universidades, cuyas matrículas son cada vez más altas, y los centros de educación para adultos, que ven cómo el número de estudiantes ha caído en picado.

Resultaría menos alarmante si no fuese un fenómeno con apariencia de pandemia: baste recordar las protestas estudiantiles en Chile contra la subida de las tasas universitarias, a las que se acaban de unir los colombianos.

En el Madrid del que soy oriundo sucede algo similar, aunque con toques esperpénticos (muy madrileños, muy del Callejón del Gato): amparándose en la crisis y en la necesidad de reducir gastos, la Comunidad de Madrid ha dejado sin empleo a 3000 profesores de la enseñanza pública preuniversitaria. Pero hay trampa: el dinero no se está ahorrando. El monto de esa partida se destina íntegramente a subvencionar la educación privada.

Si creyéramos en las conspiraciones, pensaríamos que lo que ciertos políticos pretenden es que sólo puedan leer o estudiar quienes se lo puedan costear. Es decir, que de nuevo sólo una minoría constituya la clase letrada. Pareciera que ideales como la universalización de la educación y de la cultura pertenecieran a un pasado tan remoto que no debiéramos acordarnos de él.

Muchos olvidan que educación, cultura, economía y sociedad están interconectadas. Nada halagüeño le puede esperar a un país lleno de bibliotecas cerradas y aulas vacías.

jueves, 20 de octubre de 2011

El fin de la violencia

No sabría decir cuántos libros se han escrito sobre ETA, aunque me consta que son muchos. De las novelas me viene a la mente un par de ellas, tan magníficas como diametralmente opuestas: El hombre solo (1993), de Bernardo Atxaga y La carta (1990), de Raúl Guerra Garrido.

Imagino que este momento dará lugar a grandes libros y excelentes relatos. Pero hoy eso es lo de menos. Por muy bibliófilo que sea uno, la vida siempre está por encima de los libros. De igual manera, y por muy devoto que uno sea de sus ideas, la vida prima.

La vida merece ser celebrada siempre, pero más aún en días como éste.

martes, 18 de octubre de 2011

El oráculo de Delfos

Pregunta: Otro de los fenómenos editoriales recientes ha sido la compra de Siglo XXI por Akal. ¿Cree que ése puede convertirse en un modelo, que puede haber más compras o más fusiones entre editoriales independientes?

Respuesta: Bueno, es posible. Todo es posible en este momento.


Entrevista a Jorge Herralde, editor de Anagrama, en julio de 2010. Seis meses después se anunciaría la compra gradual de su editorial, Anagrama, por Feltrinelli, es decir, de una independiente por otra.

viernes, 14 de octubre de 2011

Fahrenheit 451

Espero que a usted no le gusten los cómics ni viva en uno de esos lugares en los que Barnes & Noble y la difunta Borders lograron exterminar a las pequeñas librerías.

Lo digo porque B&N ha anunciado que no venderá una centena de cómics de DC. Los van a retirar de expositores y estanterías. Como en Fahrenheit 451, los libros van a desaparecer, aunque sólo durante cuatro semanas.

El conflicto surgió tras conocerse que la esperada versión electrónica, a todo color, de las novelas gráficas de DC estaría disponible durante los próximos cuatro meses sólo en formato Kindle. Eso excluye a Nook Color, el lector de libros electrónicos de B&N.

Dudo que a DC le interese que B&N deje de vender sus novelas gráficas, y menos aún que sus cómics digitales sólo puedan ser leídos en un dispositivo. DC quiere todo lo contrario: que sus cómics se puedan encontrar en cualquier librería y leer en cualquier aparato, no sólo en el flamante Kindle Fire. Por tanto, cabe pensar que la exclusiva no la ofreció DC, sino que fue forzada por Amazon.

Al parecer, lo de retirar libros se está poniendo de moda. En enero de 2010, el grupo Macmillan quiso que el precio de descargar cualquiera de sus libros electrónicos en un iPad o en un Kindle fuera el mismo. La respuesta de Amazon, aunque infructuosa, fue inmediata: dejó de vender los libros (físicos y electrónicos) de Macmillan.

A mí, que soy víctima del franquismo sociológico, la retirada de un libro me recuerda siempre a su secuestro, es decir, a su censura. Quizá por eso me extrañe que quienes dicen tener como compromiso el poner siempre a disposición de sus clientes el libro que necesiten, lo hagan desaparecer como táctica comercial.

martes, 11 de octubre de 2011

Quevedo, Jobs y el campo editorial

No ha pasado ni una semana de la muerte del alma mater de Apple, y ya se anuncia, a ambas orillas, la publicación de su biografía autorizada. La obra, escrita por Walter Isaacson, aparecerá en menos de dos semanas.

Inicialmente, su salida estaba prevista para 2012. Luego, en una batalla contra el tiempo que recuerda a la del malogrado Jobs contra el cancer, adelantaron la fecha de publicación al 21 de noviembre, y luego, ya fallecido el biografiado, a finales de octubre.

Barnes & Noble y Casa del Libro ofician de voceros. Simon & Schuster la edita en inglés. Bertelsmann, en alemán. Debate (esto es, Bertelsmann), en español y catalán. Mondadori (Bertelsmann de nuevo), en italiano. Eso es lo bueno de tener editoriales en casi todo el mundo: uno se garantiza los derechos en múltiples lenguas de obras como ésta.

Es sabido que muchos periódicos tienen listas ya determinadas necrológicas y los artículos elegíacos que las acompañan, a falta sólo de añadir la fecha de fallecimiento del personaje en cuestión. A la finalidad informativa tradicional se le añade ahora la de cumplir con las exigencias que impone la información en tiempo real. La inmediatez es la esencia del periodismo. Nada que objetar.

La conversación libresca con los difuntos no es cosa nueva. Ya escribía Quevedo aquello de que "con pocos, pero doctos libros" escuchaba con sus ojos a los muertos. Por su parte, las editoriales siempre han tenido algo de casas fúnebres. Lo que me deja perplejo es que a los muertos, con tal de vender libros, los dejemos descansar en paz cada vez menos tiempo.