viernes, 14 de octubre de 2011

Fahrenheit 451

Espero que a usted no le gusten los cómics ni viva en uno de esos lugares en los que Barnes & Noble y la difunta Borders lograron exterminar a las pequeñas librerías.

Lo digo porque B&N ha anunciado que no venderá una centena de cómics de DC. Los van a retirar de expositores y estanterías. Como en Fahrenheit 451, los libros van a desaparecer, aunque sólo durante cuatro semanas.

El conflicto surgió tras conocerse que la esperada versión electrónica, a todo color, de las novelas gráficas de DC estaría disponible durante los próximos cuatro meses sólo en formato Kindle. Eso excluye a Nook Color, el lector de libros electrónicos de B&N.

Dudo que a DC le interese que B&N deje de vender sus novelas gráficas, y menos aún que sus cómics digitales sólo puedan ser leídos en un dispositivo. DC quiere todo lo contrario: que sus cómics se puedan encontrar en cualquier librería y leer en cualquier aparato, no sólo en el flamante Kindle Fire. Por tanto, cabe pensar que la exclusiva no la ofreció DC, sino que fue forzada por Amazon.

Al parecer, lo de retirar libros se está poniendo de moda. En enero de 2010, el grupo Macmillan quiso que el precio de descargar cualquiera de sus libros electrónicos en un iPad o en un Kindle fuera el mismo. La respuesta de Amazon, aunque infructuosa, fue inmediata: dejó de vender los libros (físicos y electrónicos) de Macmillan.

A mí, que soy víctima del franquismo sociológico, la retirada de un libro me recuerda siempre a su secuestro, es decir, a su censura. Quizá por eso me extrañe que quienes dicen tener como compromiso el poner siempre a disposición de sus clientes el libro que necesiten, lo hagan desaparecer como táctica comercial.

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