jueves, 23 de octubre de 2014

Andare a letto

Ante todo estaba la censura o que te pudieran encarcelar por escribir o publicar. Otros efectos eran más cómicos y se referían sobre todo a cortes de censura. Recuerdo una novela italiana en la que en sus primeros capítulos una pareja, que no estaba casada, iba a la cama, andare a letto, (sic) y naturalmente el censor lo tachó. Pero a lo largo de la novela otras parejas, casadas, también se iban a la cama, andare a letto (sic). El burro del censor, a base de tachaduras, consiguió que en esa novela nadie se acostase, ni para dormir. Supongo que el censor consideraba que soñar podía ser peligroso.
Jaime Salinas (1925-2011), cofundador de Alianza Editorial y editor de Alfaguara, en la extensa conversación con Juan Cruz, su sucesor en Alfaguara, publicada bajo el título Jaime Salinas, El oficio de editor.