lunes, 24 de septiembre de 2012

Pescar con escopeta

Bernhard Schlink es más conocido como escritor que como jurista. Como caras de una misma moneda, derecho y literatura se entrecruzan no sólo en su vida, sino también en su narrativa. Tal sucede en su novela El lector (Der Vorleser), que cosechó gran éxito internacional a mediados de los 90 y fue adaptada al cine hace unos años, en 2008.


En Estados Unidos la obra de Schlink la edita Pantheon Books, sello de Random House. Precisamente en estos días el escritor alemán presenta en Estados Unidos Summer Lies, traducción de su libro de cuentos de 2010 Sommerlügen.

El boletín informativo de Pantheon, fiel a su función publicitaria, incluye un fragmento de uno de los cuentos, en el que una pareja se despide en un pequeño aeropuerto. El adelanto, qué duda cabe, tiene la virtud de dejar al lector la miel en los labios. ¿Quiénes son ellos? ¿Por qué se separan? ¿Qué pasará luego?

Lo que me llamó la atención en esta ocasión fue que al final de este fragmento de poco más de 200 palabras se incluyera un aviso que advertía de la prohibición de reproducir ese minúsculo adelanto del libro de relatos sin obtener previamente y por escrito permiso del editor.


Obviamente, en un entorno digital, en el que la información y los contenidos se convierten en código binario, en unos y ceros, todo es por defecto copiable y reproducible. Se quiera o no, esto forma parte de la naturaleza de Internet, que fue creada precisamente para facilitar la comunicación y la diseminación de la información, incluida (excepto en dominios cerrados) su copia.

De hecho, la popularización de la red y la consecuente multiplicación exponencial de la información circulante provocaron que lograr la atención del potencial consumidor se convirtiera más que nunca en una necesidad y un reto. En este sentido, la economia de la atención propugna que el objetivo primordial de cualquier agente presente en la red ha de ser que su cmensaje se propague lo máximo posible para así aumentar las posibilidades de que llegue a los particulares y produzca el efecto deseado.

Paradójicamente, lo que pretende Pantheon con su aviso es lo contrario: restringir la potencial diseminación de ese gancho que es el adelanto. Con ello, la editorial se priva de la inestimable ayuda de los internautas y consecuentemente se obliga a redoblar sus esfuerzos por publicitar la aparición del libro por otros cauces y canales.

Cabría por otro lado, y en términos estrictamente legales, preguntarse dónde queda el derecho de cita de los usuarios de Internet (la doctrina del fair use, en el caso estadounidense) si, como puede y suele suceder, uno usa el fragmento del cuento sin que medie afán de lucro. Schlink, como buen jurista que es, seguro que ha leído a Lawrence Lessig cuando se refiere a la absolutización de los derechos de autor, esto es, al intento de eliminar sus límites legales. Me encantaría saber qué opina.

sábado, 22 de septiembre de 2012

Me gusta(ría elegir qué) leer


Siempre que se piensa en el boom se cita al menos a cuatro escritores: Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa, Carlos Fuentes y Julio Cortázar. Hay quienes añaden además a José Donoso y recuerdan a Jorge Luis Borges como antecedente y pionero, como gran escritor cuya literatura transcendía lo nacional. Todos ellos (tal vez con la excepción de Donoso) conjugan una escritura brillante con un favor del público (léase: unas ventas) nada despreciables.

En consecuencia, el sueño de cualquier editor sería tenerlos a todos en su catálogo. Por que, al fin y al cabo, y recordando las palabras de Segismundo, ¿qué es la vida sino una ilusión, una sombra, una ficción?

Pues bien, podría resultar que esto no fuera un sueño. Corre el rumor (y la fuente es muy fiable) de que Santillana, la rama editorial del Grupo Prisa, está en venta y que Random House Mondadori, esto es, la rama editorial del Grupo Bertelsmann, quiere comprarla.

Random House, que se publicita con el lema "me gusta leer", ya publica en todos los países de lengua hispana a Borges. Compró sus derechos hace dos años en la Feria de Frankfurt, por una cifra superior al millón de Euros. Bolaño está en su catálogo en español en Estados Unidos, como lo está García Márquez, de quien también tiene los derechos para España y el Cono Sur. Por su parte, Alfaguara, la editorial literaria de Santillana, tiene en su catálogo las obras completas de Vargas Llosa y gran parte de las de Fuentes y Cortázar.

La compra de Alfaguara significaría la reunión en un solo catálogo editorial de los cuatro nombres del boom, pero no sólo eso. La nueva Random House publicaría a Javier Marías, Jorge Volpi, Javier Cercas, Julia Álvarez, Bernardo Atxaga, Juan Gabriel Vásquez, Rosa Montero, Ángeles Mastretta, Belén Gopegui, Santiago Roncagliolo, Dulce Chacón, Laura Restrepo, Arturo Pérez-Reverte, Mario Benedetti, Marina Mayoral, Fernando Vallejo, Ray Loriga, Edmundo Paz Soldán, Elvira Lindo, Marcela Serrano, Manuel Rivas, Juan Villoro, Andrés Neuman, Rodrigo Rey Rosa, Jordi Soler, Elena Poniatowska, José María Merino, Juan Carlos Onetti, Agustín Fernández Mallo, Álberto Fuguet, Mercedes Abad, Claudia Piñeiro, Mayra Montero, Héctor Abad Faciolince, Santiago Gamboa o Isabel Allende, entre otros muchos. A estos habría que añadirle los escritores en lengua no castellana, pero prefiero no abrumar con tanto nombre.

Tras la compra de Tusquets por Planeta el pasado mes de marzo parece que la crisis en España está conduciendo a la concentración de la concentración, a la concentración al cuadrado. Sin embargo, no se trata sólo de un fenómeno que afecte a España o al sector editorial. Las fusiones y adquisiciones se suceden también en la industria discográfica. ¿Condicionará la Comisión Europea la compra de Santillana a que Random se deshaga de parte su catálogo, como ha sucedido con la compra de EMI por Universal?

Por desgracia, la concentración de medios va más allá de la literatura. Con la puesta en venta del negocio editorial de Prisa cambiará de dueño Taurus, una de las más importantes editoriales en lengua española dedicada al ensayo y al pensamiento, así como la todopoderosa Santillana, el corazón y pulmón del grupo editorial, los libros de texto que utilizan millones de estudiantes en la Península Ibérica y América Latina.

Produce un poco de miedo pensar que lo que leamos desde pequeños, que las novelas y ensayos que leamos más tarde, sea producto de la decisión de cada vez menos personas.